Somos una comunidad cristiana terapeuta llamada y establecida por Dios para bendecir nuestra nación. Contribuyendo a su sanidad y salvación...
Asumir el ministerio de JESUS, descrito en Lucas 4:18, y darlo a conocer por todos los medios disponibles.
Ganar almas para el Reino.
Desarrolar Iglesias restauradoras.
Establecer programas que respondan a las necesidades humanas.
Somos una comunidad cristiana evangelística, inspirada en la adoración al Señor, en la pasión por las almas, restauración del caído, el abatido y la sanidad de los enfermos. Hechos 10:38
Creemos y enseñamos acerca de la gloriosa encarnación de nuestro Señor Jesucristo. El murió por nuestros pecados; resucitó, ascendió a los cielos y se sentó a la diestra del Padre. De allí vendrá a buscar a los que creemos en El y guardamos su palabra. Rom. 8:34.
Jesucristo es el único salvador de los pecadores. Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres. 1ra.Tim. 2:4, 5 y 6.
Jesucristo es el único camino que lleva a la casa del Padre Eterno. Jesucristo es el único digno de honra, gloria, culto, adoración, reconocimiento y alabanza en el cielo, en la tierra y en cualquier lugar de la creación. Toda rodilla debe doblarse sólo ante la persona de JESUCRISTO EL SEÑOR.
Creemos que Jesucristo vino a romper las ligaduras de impiedad; arrebatar al diablo lo que se había perdido y establecer el Reino de Dios en la vida y la experiencia de los que creen en su NOMBRE. S. Lucas 19:10.
No compartimos el concepto de un evangelio de sufrimientos dolores, lamentos, expresiones de fracaso, confesiones de frustración y conformismo negativo, que generan amarguras y envidias, murmuraciones y sequedad espiritual. El evangelio es gozo, esperanza, seguridad, perdón eterno, liberación, promesas fieles, presencia divina, provisión milagrosa y crecimiento integral.
No excluimos las pruebas, pero temporales, y producto de un santo propósito de Dios para hacernos bien. Sgto. 1:3 y 4. Reconocemos y enseñamos sobre la realidad del pecado con sus consecuentes resultados catastróficos.
Predicamos e inspiramos acerca de la gracia suficiente de nuestro Señor Jesucristo. Por ella y sólo por ella, somos salvos y libres para siempre del castigo eterno. Efe. 2:8.
Creemos que la salvación eterna del ser humano la produce Jesucristo el Señor, mediante la fe en su Nombre y por el milagro del Nuevo Nacimiento.